lunes, 6 de noviembre de 2017

Vestido azul Regencia

Para el baile de gala de Sevilla fuí dejando pasar el tiempo y no cosía nada nuevo. Tanto era así que a una semana del evento no había hecho ningún vestido.
Miraba imágenes, las que me gustaban, las guardaba, pero siempre encontraba alguna disculpa para no iniciar ningún proyecto.
Hasta que el fin de semana anterior a la fecha clave, me puse manos a la obra. Buscando en casa entre las numerosas telas que guardo, encontré una que pensé podría ajustarse a un modelo que había ojeado en las pinturas de la época.
Claramente tenía que ser muy sencillo, pues no había tiempo material, y mis conocimientos de costura tampoco dan para mucho, pero básicamente era el tiempo, o mejor dicho, la falta de él, lo que me decidieron por este modelo.
Tenía también en casa varios cordones de perlas blancas, de los que voy comprando " por si acaso", Y con esto en la cabeza, me puse a cortar el patrón, que es un básico que adapto a numerosos modelos de los que he realizado.
La tela imita a un raso arrugado y tiene bastante cuerpo. No lo quería transparente, pues ya tengo varios, .
Pequeños detalles para darle un poco de gracia, sin complicarme demasiado.
Como no tengo a nadie que me pruebe la ropa, es muy difícil hacerla justa, así que opté por cintas interiores que ajustaran con frunces, tanto el cuello como  espalda. Esas cintas blancas se meten al interior y no se ven.
Y para cerrar unas pasamanerías, que al igual que el resto de las cosas del vestido y los complementos, ya tenía por casa. Afortunadamente el color le iba bien, una casualidad, pues las tengo en blanco y en negro, pero podían haber sido verdes y naranjas, o de cualquier otro color...
Como ven, tiene muy pocas cosas en costura, aunque si lleva tiempo coser todas las perlas. Mejor dicho las tiras de perlas, pues es un cordón y no van cosidas una a una.
Me gustó como quedaba.
Los complementos: Una mantilla blanca que me regaló mi madre cuando tenía 18 años.
En el pelo una cinta de perlas distribuida entre los tirabuzones y moño, además de dos grandes plumas blancas, que están dando mucho de sí, pues las he usado también en el traje de titanic que usé en Ribadeo.
Para que no todo fueran perlas, elegí unos pendientes de brillantes, (de bisutería, no creo que haga falta la aclaración), y una gargantilla del mismo tipo.
Guantes que encargué el año pasado en piel blanca, al Atelier Angelica absenta, y que ya utilicé en el Primer Baile de Gala, de Madrid.
Este año no llevé un abanico propiamente dicho. Es una especie de Pay-pay, de plumas de pavo real que compré hace muchos años en la India.
De zapatos, unos que forré con restos de la tela del vestido. 
Lo hice la noche antes de marchar para Sevilla, así que fue algo rápido, pero que resistieron muy bien afortunadamente.
Eran de hace años, y los tenía retirados. Si los llego a buscar para forrarlos, no los encuentro, pero al hacer el cambio de zapatos de verano a invierno, y subir las cajas del sótano a casa, aparecieron con otros, y aproveché para reutilizarlos.
Era la primera vez que usaba zapatos abiertos para una recreación, pero había visto modelos antiguos de las mismas carcterísticas, y no los llevé incómoda. 
Algunos modelos de museos con el talón al descubierto.
Y no todos eran planos. Como pueden ver en la imagen de abajo, algunos llevaban un pequeño tacón como el mio.
Con esto, queda más o menos completo el traje que llevé en el Segundo Baile de Gala Regencia de Sevilla.

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