sábado, 25 de noviembre de 2017

Basquiña

La basquiña es una falda negra que se ha usado en España desde los siglos XVI al XIX.
Se usaba encima de la indumentaria normal, para protegerla en la calle,  y se quitaba cuando se llegaba a la casa propia, o a la que se iba de visita.
Se utilizaba tanto con la ropa cortesana, como con la tradicional, y ha ido cambiando de forma y de adornos a medida que ha ido pasando el tiempo.
Es fruncida a la cintura, o bajo el pecho, según de donde partiese.
En mi caso, la quería de la época regencia. Partiendo de imágenes de la época busqué una tela de raso negra muy suave y ligera.
Para los adornos tenía claro que los madroños era mi elección, y me habrían gustado madroños de seda, como los que tiene mi mantilla goyesca antigua.
Pero no los encontraba por ningún sitio. Una de las soluciones que me daban era comprar redecillas de cabeza, quitarles los madroños y ponerlos aquí, pero eso me salía carísimo.
Tenía desde hace años una tira de madroños de algodón, que ya había usado para adorno de un vestido de calle amarillo.
Para hacer la redecilla o base sobre la que colocar los madroños utilicé otro rollo que tenía en casa, no sin antes darle mil vueltas, pues no se me había ocurrido que ese rollo cosiéndolo entre si, podría valer.
No se en que momento saltó la chispa, pero sucedió, y cosiendo todo a lo largo la cinta, uniendo tres, y después cada cierto tiempo hacer una especie de triángulos en los que los madroños harían de adorno, a la vez que me servirían para sellar los bordes.
Las redecillas, madroños y demás adornos van cosidos a mano. Desde su inicio a la unión a la tela.
Cuando la llevé a Sevilla para usarla sobre el vestido verde, no estaba acabada. LLevaba solo una banda de adorno y dos cintas en el bajo.
Para fruncirla, un lazo de raso negro, y sujeta con alfileres al vestido.
A la vuelta de Sevilla le puse una segunda banda y tirantes estrechos adornados con la misma tira.


En la parte frontal,en el centro lleva unos adornos antiguos de pasamanería. Eran los dos únicos que tenía iguales, y me sirvieron para tapar la unión de la "redecilla".
LLeva también unas borlas debajo de la pasamanería de la que les acabo de hablar, en el enganche de los tirantes, y en algún otro lugar.
Veremos si la próxima vez que la ponga, los tirantes la sujetan sin necesidad de alfileres.
Hasta la próxima. Espero que les ayude si intentan un proyecto parecido. Gracias por estar ahí, y agradezco sus comentarios y "Me gusta".







jueves, 9 de noviembre de 2017

Corsé Regencia

Llevaba mucho tiempo queriendo tener un buen corsé de estilo Regencia. Pero mis conocimientos costuriles no dan para tanto.
Una de las personas que mejor los hacen es una profesional de la aguja, Mari Sol, que vive lejos de mi. En otra provincia.
En distintas ocasiones me había tomado medidas. Cuando coincidíamos en eventos de recreación, pero como después no me acercaba a su casa para probar, los años iban pasando y no se arreglaba la cosa.
Por motivos profesionales míos, ahora voy cada cierto tiempo, frecuentemente diría yo, a Lugo, así que nada más saber que podía probarme, pedí vez.
Y lo he conseguido, seis u ocho veces después, porque M Sol es muy minuciosa con sus cosas. Ya tengo mi corsé.
Me preguntó que modelo me gustaba y le mandé varios, para que ella escogiera o hiciese una mezcla.
Interior
Confío totalmente en su gusto y buen hacer para estas cosas.
Va encordonado, y en la parte central delantera, lleva una tabla de arriba a abajo, que se puede sacar y quitar, para cuando es necesario lavarlo.
Los tirantes son ajustables, y gracias a los lazos se pueden subir o bajar. igual que con las cintas traseras, para ajustar y muy largas, de forma que se pueden atar atrás o delante, para que sea más sencillo quitarlo y ponerlo, sin necesidad de ayuda.
Los corsés marcan la diferencia totalmente al llevar puesto un vestido. Cambian la silueta, y es fundamental para una buena recreación.
Lo que no se vé, es tan importante como lo que se ve.
Es en algodón, y tanto las telas como la forma definitiva y acabado, todo es obra de Mari Sol. Cuando uno se pone en manos de una buena profesional, hay que dejar hacer.
Y ahora les pondré algunos de los modelos que nos sirvieron de inspiración.
Creo que mi corsé no tiene nada que envidiar a todos estos que les pongo, de museos.
En estos se aprecia muy bien donde va la tabla interior que llevan todos ellos, y que en el mio por ser nuevo, no se nota tanto.
Los tirantes delde abajo son muy parecidos a los que tiene mi corsé. Estoy encantada con él.





miércoles, 8 de noviembre de 2017

Fin de semana Regencia en Sevilla I

Al asistir al Baile de Gala en Sevilla, lo ampliamos a todo el fin de semana. Había actividades desde el viernes por la mañana.
Nosotras llegamos el viernes a medio día. Y nos incorporamos al grupo por la tarde.
Capota con plumas y otros adornos
Las fotos son de un fotógrafo que teníamos a nuestra disposición, Curro Moreno-Aurioles, estupendo profesional.
Solo pretendo que vean distintos modelos usados por los asistentes. Supongo que los seguidores del blog lo que desean es ver imágenes de ropa victoriana, en este caso de época Regencia, tanto femenina, como masculina, de los detalles, de los complementos.
Todo organizado por Maria de Melo Colección, atelier que dirige Inma Cedeño, y que hace ropa para todas las épocas de recreación, y que trabaja tanto para compañías de teatro, balet, como para personas particulares.
Por la mañana se hizo un crucero por el Guadalquivir, y una visita al Archivo de Indias y Casa de la Contratación, que en mi caso, me lo perdí.
Por la tarde, comenzábamos con un té-café en el Hotel Alfonso XIII
Posteriormente paseamos por El Parque de Mª Luisa.
La visita al Museo de Artes y costumbres resultó muy interesante por las piezas que allí vimos.
Como pueden ver por las fotos, no faltaba un detalle a los participantes. Desde los bonetes, turbantes, peinados, sombrillas y bolsitos, a los trajes.
Y de los caballeros se puede decir otro tanto. 
Sus chisteras, levitas, trajes militares, trajes de calle, guantes, gafas de sol, todo escogido con mimo, luciendo bajo el sol de Sevilla.
El buen humor reinó constantemente. Creo que todos fuimos con nuestros mejores deseos y mejor predisposición para disfrutar de la ciudad, de los amigos reencontrados, de los conocidos, del ambiente, de todo. Y al menos por mi parte y los que me rodeaban, lo conseguimos.
Gentes de procedencias muy diferentes, de países distintos, de todas las edades, nos unimos al amparo de una afición común: La recreación de una época.
Algunas pusieron el toque hispano con las mantillas a la cabeza. Cambiaron los bonetes y los turbantes por una prenda que ha quedado como santo y seña de la mujer española.
También por el lado masculino se puso el contrapunto español.
Para la cena un espectáculo flamenco en el Callejón del Embrujo, al que no asistimos.
Y para finalizar el día una visita nocturna al barrio de Santa Cruz.
Espero que con esto se hayan hecho una pequeña idea de nuestro primer día en Sevilla, del buen humor y la camaradería que reinaba entre todos,

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