viernes, 26 de mayo de 2017

Abanico de luto

Lo había visto varias veces en el chamarilero, le había preguntado el precio, pero no llegábanos a un acuerdo.
Y uno de estos fines de semana en que la lluvia estropeó el día, se le ablandó el corazón, y me lo dejó en menos de la mitad de precio de lo que en otras ocasiones era un muro insalvable en nuestra negociación.
Así que cogí el abanico y llegué a casa encantada con mi compra y lo restauré mínimamente. Pegué alguna pluma y poco más.
Tenía ya otro abanico de plumas negras, pero como dice el refrán: "Más vale que sobre, que no que falte".
No solo las mujeres de luto llevaban abanicos negros, pero lo que si es cierto es que las que estaban de luto lo llevaban, y como se pasaban media vida de luto, empalmando uno con otro que si por su padre, que si por su suegra, que si por un niño, ya que la mortalidad infantil era tremenda, tíos, primos y demás familia, hacían que media vida la pasaran de negro.
Parte posterior
Las plumas son de las más sencillas y habituales, y el armazón también, madera pintada. pero el efecto óptico es muy interesante.
El varillaje, en la parte anterior, tiene unos tibujos pintados en un tono plateado.
Es muy curioso el lazo negro que tiene en la primera varilla. Lazo del mismo material que el que lleva en la gran arandela.



1 comentario:

  1. Me encantan los abanicos de marabú, son tan sofisticados.

    Enhorabuena por esta magnífica compra!

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