sábado, 29 de abril de 2017

Maragatada y otros, 2017

Trataré de hacer un resumen de una jornada estupenda.
Como en ocassiones anteriores, Javier Emperador, y este año bajo el auspicio del Ayuntamiento de León, aunque no tengo muy claro en que ha consistido este auspicio, se ha celebrado el 23 de abril, la reunión de aficionados a la indumentaria.
Este año, a diferencia de los anteriores, no solamente hemos ido vestidos de maragatos, otras comarcas de León y alrededores se han unido a la jornada festiva.
Cuatro grupos distintos hemos compartido día de fiesta, diversión, y reunión de amigos y conocidos, que de otra forma sería más complicado que coincidiesemos.
Todo esto gracias al buen hacer de Javier Emperador, que llama a cada uno, organiza, y pone a disposición de todos, su magnífica colección de indumentaria leonesa y llanisca.
Como decía anteriormente, este año trajes de Tierras de Campos, Tierras de León y Llaniscos, se han sumado a los maragatos, tratando de dar una visión más amplia de los múltiples trajes que tiene la provincia de León y alrededores.
El porqué estos si y otros no, o porqué se han unido un grupo de asturianos, pues no tengo la respuesta. Es algo que decide Javier, y supongo que como otra de las finalidades es reunir a amigos, pues este ha sido el resultado.
Como siempre no solo los trajes se han mirado con mimo, también los peinados, la joyería, y otros complementos.
Han sido numerosas las recomendaciones de no llevar uñas pintadas, maquillaje discreto, fuera relojes, anillos y demás complementos actuales.
Muchos de nosotros llevábamos ropa propia, lo cual no quita que si nos faltaba algo: mantón faltriquera o cualquier otra prenda, Javier estaba al quite y nos lo prestaba, o bien algún otro de los participantes, ya que la mayoría de los asistentes tenemos varios trajes distintos de una o más comarcas, y todo el mundo es muy generoso en este aspecto.
También los niños han estado presentes, pues si algo caracteriza esta reunión es que la edad no es obstáculo para asistir.
Padres, hijos, abuelos, todo el mundo encaja, y solo el amor a la indumentaria, a las tradiciones, a las ganas de pasarlo bien y tener buen rollito, son las condiciones indispensables para estar.
Afortunadamente eran muchos los que además de estar, desfilar y bailar, tocaban algún instrumento.
No faltaron panderetas, dulzaina, tamboril, gaita, acordeón, castañuelas...etc, y en esta ocasión, los que tocaban maragato eran mayoría.
Hay veces en que conseguir un tamboritero, o alguien que cante, no es sencillo. Ayer, afortunadamente, se quitaban la vez unos a otros, y todo el mundo, con la mejor de las voluntades, cantaba, tocaba, y quería hacer agradable la vida y la fiesta a los demás.
Conseguir reunir a personas tan dispares solo lo hace Javier Emperador. Todos con el ánimo de pasarlo estupendo y dar lo mejor de si mismos para hacer disfrutar al público en general y al resto de los participantes.
Se tocaron, bailaron y cantaron todo tipo de canciones. 
Lo habitual es que en estos eventos las mujeres seamos mayoría, en este caso estábamos bastante igualados hombres y mujeres, y ellos también dieron "el do de pecho".
Algunos detalles del desfile: Llevábamos una Virgen en andas, que prepararon con primor un grupo de personas el día antes.
Se hizo un ramo que quedó precioso, y al que no faltaba detalle.
Los Asturianos también hicieron otro. Hay que agradecerles el mimo y cariño que pusieron. Mereció la pena.
Nos acompañaba un pendón, en representación de las decenas que hay en la provincia.
Salimos de la plaza de Las Palomas, de ahí a Botines, donde posamos para el numeroso público congregado. De ahí por la calle ancha hasta la catedral, cantando previamente en la capilla del Cristo de la Victoria, un ramo.
Y por fin llegada a la catedral.
De la catedral a la plaza Mayor, y de ahí al Palacio de los Guzmanes.
No son muchas las fotos que hice, por eso una buena parte de las que pongo aquí, son de otras personas que asistían al desfile o cogidas de internet. 
Después de los desfiles, cantos, bailes y pasacalles por León, quedaba la parte íntima. La comida, el parloteo, el saludar a unos y otros, y la fiesta posterior a la comida, donde las castañuelas y panderetas estaban al rojo vivo.
Fue una jornada estupenda, que mientras Javier quiera, seguiremos haciendo cada año, esté patrocinada, o no, solo por el amor a la tierra, a nuestras tradiciones, y a la gente tan estupenda que asiste.









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