lunes, 29 de julio de 2013

Vestido de verano

Como ya les anuncié en la entrada pasada, les presento un vestido de verano en torno a 1850.
Aunque en las fotos no se aprecia, es, posiblemente, un algodón-seda, muy transparente. Con una imagen muy semejante a la que se aprecia en el modelo de abajo.
Siento no tener un maniquí adecuado, pues el que poseo tiene una cintura demasiado grande, y no cierra el cuerpo, y menos en la zona de la cintura.
Tampoco tenía una crinolina para colocarle debajo, y ver todo el vuelo que podría coger, que era mucho. Tengan un poco de imaginación....un buen maniquí, una crinolina adecuada....y es espectacular....!
 Me sorprendieron varias cosas del vestido:
1-Perteneció a una mujer bastante alta para la época, al menos 1,70 m..
2- Su cintura era minúscula.
3-Parece estar cosido a mano todo .
4- Yo diría que por los fruncidos de la parte delantera, y algún otro detalle podría ser incluso anterior a 1850.
Mangas, con una ligerisima forma "pagoda", acabadas en el mismo encaje que se encuentra en el cuello, y que es finisimo.
Forma de pico en la delantera con unos frunces que se son comunes con algunos vestidos de 1840.
Parte delantera con frunces.
Muy semejantes a los que presenta este modelo de 1840.
Detalle  que bordea las mangas en los hombros, al lado de las puntillas y en su unión con la falda.
Es una pena no ver bien los encajes, pero creo que pueden intuir su delicadeza.
El interior del cuerpo está perfectamente forrado, a diferencia de la falda, que debía de llevar un forro independiente.
Una imagen muy semejante, debe de tener mi modelo,  a la que les presento en la foto de abajo.
Y la dueña, en un día primaveral y tormentoso, podía  parecerse  a la imagen inferior, donde se aprecia un tejido muy transparente.






5- Está perfectamente conservado. Sin un roce, rotura , desgarrón, o cualquier otro desperfecto.

miércoles, 24 de julio de 2013

Vestidos de verano, de día, con crinolina. Dres 1850

En estas épocas de calor intenso ¿Se imaginan a nuestras antepasadas con vestidos con crinolina ?.
 Sus corsés, camisas, enaguas...varias capas de telas, entre las interiores y exteriores .
 Si a esto añadimos que  los vestidos de manga corta se utilizaban fundamentalmente en la noche, para cenas, y en trajes de gala;  la pregunta es ¿Qué tipo de vestidos llevaban en verano, durante el  día?
 Solemos pensar en trajes de crinolina con telas y tejidos con un cierto "cuerpo", las tafetas, terciopelos, brocados, moirés; pero nos olvidamos de unos vestidos muy abundantes, y que yo he conocido tiempo después de haber iniciado mi afición por temas de recreación, los vestidos de algodón finisimo.
 Aparte de las sedas, organdí y muselinas, que resultaban demasiado costosos para los vestidos de día, eran los algodones, o las mezclas de estos con los anteriormente mencionados, los que salvaban a las damas de los calores propios del verano.
Con las imágenes que les pongo, ya saben a que tipo de vestidos me refiero. He procurado que se vea muy bien  la transparencia.
Vestidos de verano deliciosos, de los que tengo uno, y que les presentaré "desmenuzado" en una próxima entrada. Con los detalles de costura que no se ven a simple vista, y que si se animan a coser alguno para una recreación, pues tendrán detalles que les ayudarán.


martes, 23 de julio de 2013

Coser, coser, coser. Tia Emilia. Old pictures of seamstresses

Ha terminado el curso escolar, llegaron las vacaciones de mi hija, y pronto llegarán las mias.
Y haciendo un poco de repaso a lo cosido en los últimos meses, creo que he cosido bastante, en las pocas horas libres que me deja mi trabajo, pues no se ver la tele sin algo en las manos.
Pero no todo es para el blog, de recreación, también he hecho cosas actuales.
Me ha gustado siempre coser, desde niña me recuerdo con  hilos, agujas, haciendo vestidos a las muñecas. 
Pero fué mi "tía Emilia", la que me inició, animó, alentó, ayudó y regó esa semillita que supongo siempre existió en mi. 
Sirva esto de homenaje a mi tía, que me preguntó en vida que me gustaría heredar de ella, y yo le dije que su máquina de coser, como símbolo de las muchas horas que habíamos compartido entre agujas de todo tipo, de ganchillo, de punto, y de costura.
Era autodidacta. Fué la necesidad, las apreturas de la posguerra, y las horas muertas de alguien inquieto, las que hicieron de ella una experta en todos los campos de la costura.
 Aprendió a manejarse con los patrones del Burda, aunque eso era lo que menos le gustaba, y si podía lo dejaba en mis manos. 
El boca a boca con las vecinas, las horas de patio en las casas, salir a tomar el fresco en el verano, pasar las tardes sentadas en sillitas bajas a la puerta de alguna casa cercana, con algo en las manos de labor, es algo que viví con ella desde pequeña.
A ella, que me tejió jerseys, cosió faldas, vestidos, a la que quise , y me quiso tanto, va dedicada esta entrada.


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